“No me puedo ir al supermercado en la camioneta del Senado”, disparó la legisladora.
Tremenda polémica se armó esta semana luego de que la Senadora Celeste Amarilla, quien hasta la fecha no presentó ningún proyecto de ley en este periodo legislativo y solo se mantuvo en la retina de la prensa gracias a dimes y diretes y chismes de peluquería (ni que el Churero), utilizó la sala de prensa de la Cámara de Senadores para anunciar que iniciará una querella de acción penal privada en contra del Intendente Nenecho Rodríguez.
Por tratarse de una cuestión netamente personal que en nada beneficia a la ciudadanía, la Senadora Lizarella Valiente resolvió plantear una reglamentación invocando el código de ética de la cámara alta para evitar que los legisladores sigan usando los bienes públicos para sus fines personales.
En su alocución, Valiente señaló que no es un mero capricho suyo y ejemplificó la situación sosteniendo que ella no puede ni siquiera irse al supermercado a bordo del vehículo oficial del Senado.
La iniciativa fue acompañada por sus pares, pero el presidente de la Cámara Alta, cuate de Celeste, Beto Ovelar, dijo que es una arbitrariedad pretender reglamentar el uso del bien público.
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