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El mediático le persigue hasta al Presidente de la República.

Carlitos Viveros

Cuando hablamos de personas que lastimosamente sufren de la enfermedad de adicción, no podemos obviar todas las peripecias por las que atraviesan estas personas y sus seres queridos ya que la persona adicta a lo que sea, hace y deshace cualquier cosa con tal de lograr su cometido.

Si hablamos de los adictos a estupefacientes, hemos escuchado que incluso roban a sus propias familias para acceder a las sustancias, al precio que sea. Pero uno no solo es adicto a las drogas, también lo puede ser a las comidas o, en algunos casos, a la atención mediática.

Éstos últimos, son capaces de cualquier cosa por un segundo de prensa o de atención por parte de su entorno. Esta situación es clasificada como un trastorno al que los profesionales llamaron como “trastorno de personalidad histriónica” y quienes lo padecen, demandan continuamente ser el centro de atención y, con frecuencia, tratan de hacerlo vistiéndose y actuando de maneras inapropiadamente seductoras y provocativas y expresándose de forma muy dramática.

No soy psicólogo para diagnosticar a nadie, pero últimamente me preocupa de sobremanera nuestro querido floripondio, un mediático que forma parte de nuestro copetín farandulero. Me puse a leer un poco y a observar su comportamiento y, sinceramente me preocupé, porque cuando falleció su suegro, solo le faltó ponerse purpurina y hacer una caravana, pues lo vimos pasearse por todos los medios de prensa como si fuera el vocero oficial de la familia Gómez.

 

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Una publicación compartida por Santiago Peña (@santipenapy)

Luego de tanta pelada, al parecer, sus allegados le pusieron un freno y empezó a hablar el abogado Óscar Tuma en nombre de la familia. Pero Carlitos siguió clamando por atención, a través de sus redes sociales sigue publicando sus conspiraciones fantásticas e incluso, fue hasta el Instagram del presidente de la República, Santiago Peña, quien compartió una publicación felicitando al campeón de la F2.

En ese espacio, Carlitos escupió veneno hacia el presidente, buscando así llamar su atención y, por ende, de la ciudadanía.

Reitero, me preocupa Carlitos, capaz en algún momento alguien lo pueda ayudar a minimizar ese deseo exacerbado de ser el centro de atención o, mejor aún, ojalá algún día logre un gran espacio en medios y pueda saciar su sed.

 

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