Varias son las historias de maltratos que se gestan alrededor de este personaje.
Muchos de nosotros, crecimos viendo las novelas mexicanas, aquellas que nos llenaban de dramas e historias impensadas, donde el malo nunca dejaba de ser malo y se aprovechaba de su poder para cometer sus fechorías. Además de eso, parecía que poseía una inmunidad que le permitía seguir con sus andanzas sin ser descubierto ni derrotado.
Mientras tanto, los protagonistas seguían mostrándose como mártires y recibiendo los latigazos del villano y así pasaban los meses, de un nudo pasaban a otro, hasta que al final, todo se descubría de una vez y el malo era arrestado, o moría de una forma trágica para evitar confrontarse con el karma.
Cuando recibí la información que voy a compartir con ustedes, me puse a pensar en esas novelas y resumí que al final, la vida real supera a la ficción, o al menos, eso es lo que parece.
Dicen los chismosos churefans, que detrás de las bambalinas de un canal par, se desata un verdadero mundo infernal, de maldad, lujuria, ambiciones personales y artimañas en donde, solo sobrevive el más fuerte, el que es capaz de aguantar todo tipo de latigazos y torturas a cambio de conservar el pucherito.
Los chismosos cuentan que este villano se exportó desde la tierra de los huevones y desde que llegó, ha mostrado un comportamiento hostil con los paraguayos y, en especial con las mujeres a quienes ha servido en bandeja todo tipo de humillaciones y amenazas.
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Pero la cosa no termina ahí, pues dicen que el insufrible personaje ha aprovechado el poder que le dieron para satisfacer sus bajos instintos, engatusando a jovencitos sedientos de fama, aquellos cuales Esporo cautivados por la lascivia de Nerón, caen en sus garras.
Esta situación, de ser cierta, revive el mito urbano del famoso “casting sábana”, pues cuentan que los jovencitos que acceden a envolverse en estos hilos, son invitados a participar de fiestas romanas que se desarrollan sin un ápice de pudor, donde todo está permitido, mientras no se filtren nombres ni modus operandi.
Sin embargo, el chisme no resiste paredes y van saliendo estas especulaciones que luego se reflejan en la pantalla, pues hemos visto aparecer a chicos que ni siquiera tienen carisma, adueñándose de horas y horas de cámaras y también, vimos la remoción de figuras femeninas quienes, a pesar de sus años de trabajo, pasan al freezer.
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La gran pregunta que se hacen los churefans y, por ende, también nosotros es ¿quién protege a este sujeto? ¿Por qué permiten que el ambiente laboral se pudra de tal manera en que el estrés de las figuras ya permea ante cámaras?
¿Cuándo será el día en que acabemos con esta sumisión paraguaya permitiendo que extranjeros nos humillen como si nosotros no fuéramos capaces? O, ¿será que esta historia no es más que un invento de aquellos que fueron cambiados y por pichados iniciaron toda la campaña de desprestigio hacia el productor?
Con estas preguntas, me retiro lentamente de esta publicación, no sin antes decirles que en el fondo, desearía que esta historia no sea nada más que el ensayo de un guion para un nuevo villano de Televisa.
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