El presidente en vez de facilitar la transición sigue encerrado en su capricho.
No cabe dudas de que una de las mayores piedras de nuestro país en los últimos 5 años tiene nombre y apellido, y se llama Mario Abdo Benítez.
El Presidente saliente en vez de facilitar la transición pacífica para que Santiago Peña tome las riendas del Gobierno, sigue demostrando una actitud caprichosa que evidencia su pichadura tras haber sido derrotado en las urnas en las elecciones pasadas.
El equipo de transición del presidente electo manifestó preocupación ante las deficiencias que tenemos y la situación en la que se encuentra el país. Pero, Marito en lugar de dar respuestas razonables, sentenció que él no lloró cuando recibió el país de manos de Cartes.
Es lamentable que a estas alturas sigamos lidiando con este tipo de situaciones que lo único que evidencian es su total rechazo al bienestar de los paraguayos.
Menos mal que Marito ya se va.
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