Rodolfo Friedmann
El caso conocido como “merienda escolar” tuvo un origen muy farandulero.
Hugo Alexander Torales y sus abogados durante una de las audiencias por difamación y calumnia
Quienes estamos en este copetín farandulero, sabemos que basta unos minutos en televisión para armar un gran escándalo y sumar más minutos de fama, publicaciones en portales y tapas de diarios. Pero, lo cuestionable es cuando este método se traslada a otros estrados de mayor “seriedad”, como lo es el de nuestra justicia, por ejemplo.
Y hago todo este preámbulo para recordar cómo nació el caso conocido como “merienda escolar” que puso al vilo de la justicia al matrimonio Friedmann-Figueredo. Un fulano de nombre Hugo Alexander Torales había recurrido a un programa de televisión para acusar a Rodolfo Friedmann de haber cometido supuestas irregularidades durante su administración al frente de la Gobernación del Guairá.
Osmar Legal
Según Torales, Friedmann dio un aporte por G. 1.700 millones para capitalizar la firma ESSA, a más de una presunta condición de pago del 80% de la rentabilidad de la empresa, y a raíz de sus declaraciones, fue llamado como testigo por el fiscal Osmar Legal y de esta forma se dio inicio a la investigación en donde se acusa al senador y a Marly Figueredo.
Esto le valió a Torales una querella por difamación y calumnia que inició Rodolfo, y como Torales no tiene pruebas para sostener sus dichos, dilató el proceso. Sin embargo, el Tribunal de Apelación en lo Penal, Cuarta Sala, integrado por Arnulfo Arias, Emiliano Rolón Fernández y Arnaldo Fleitas, confirmó a la jueza Dina Marchuk para continuar con el juicio.
Hay varios puntos llamativos en esta historia, primero, el origen, es decir, de un simple chisme de peluquería por unos minutos de fama. Luego, la falta de pruebas para sostener la acusación en contra de Marly, así como lo habíamos mencionado en otra nota. Y, por último, las afirmaciones del propio fiscal Osmar Legal, quien admitió que jamás faltó merienda a los niños del Guairá.
Entonces ¿de qué se trata todo este mejunje judicial? ¿Qué tiene entre manos el fiscal? O ¿es que el ego no le permite darse cuenta que se equivocó y que no tiene pruebas para sostener sus acusaciones?
Son preguntas que espero, el tiempo y la justicia respondan como debe ser.